jueves, 9 de mayo de 2013

ACTIVIDAD 2 .REPORTE DE LECTURA DE MARIA BEATRIZ GRECO


Greco, Maria Beatriz (2007).LA AUTORIDAD PEDAGOGICA EN CUESTION .una crítica al concepto de autoridad en tiempos de transformación, EDITORIAL HOMO SAPIENS 2007, pag .  (4-57)

Los tiempos actuales, lo dijimos, nos colocan en posición de crítica y pensamiento,
Convocan a ubicarnos como extranjeros de nosotros mismos y así, nos disponen a la transformación. (pág. 7)

Se trata así de un desafío fundamental: intentar reponer sentidos, reencontrar lo que no puede perderse, aprender a perder lo que ya no puede ser, hacer lugar a algo que aún no está.  Tal vez eso por venir sea una autoridad en igualdad. (pág. 7)

Lo decíamos en la introducción y en nuestras primeras reflexiones,
Si la autoridad que era ya no es, si su eficacia se desvanece, su reconocimiento no
Viene dado y es dificultoso “encarnarla”, se hace necesario disponerse al trabajo e
Interrogar los escenarios sociales que estamos habitando hoy,  los sentidos que ya no operan o han quedado funcionando sin producir efectos. (pág. 7)
2.1. El descubrimiento de un autoridad pedagógica que se ejerce en
Condiciones de igualdad
El Maestro Ignorante es un texto de crítica al concepto de autoridad en sí mismo,
de crítica a toda posición de maestro fundada en el saber. Y es que su obra se
basa en reconstruir toda posición de maestría sostenida en los fundamentos del
Saber y el poder, pilares de los grandes ideales modernos de la razón. (Pág. 8)

Una forma de convalidación del orden social desigual, allí donde –al mismo
tiempo  se sostiene que la igualdad es la gran meta social que será alcanzada por
Vía del conocimiento explicado, “de arriba para abajo”, de los sabios a los
Ignorantes y se confirma por medio de este modo de educar, su desigualdad
estructural de sabios explicadores e ignorantes explicados.
(Pág.8)
En pleno siglo de las luces, en el mismo momento que se proclama un saber
Universal que todo lo puede y lo controla, Jacotot apuesta a la ignorancia y cuando se instala un poder que todo lo sabe y que define a los otros por su ignorancia, Jacotot sugiere que el maestro retire su inteligencia del juego y deje hacer a la inteligencia de los alumnos su propio trabajo, en soledad.  (Pág. 8)

El Maestro Ignorante es un texto de crítica al concepto de autoridad en sí mismo,
de crítica a toda posición de maestro fundada en el saber. (Pág. 8)

En pleno siglo de las luces, en el mismo momento que se proclama un saber
universal que todo lo puede y lo controla, Jacotot apuesta a la ignorancia y cuando
se instala un poder que todo lo sabe y que define a los otros por su ignorancia,
Jacotot sugiere que el maestro retire su inteligencia del juego y deje hacer a la
inteligencia de los alumnos su propio trabajo, en soledad. (Pág. 8)

Poner en movimiento y cuestionamiento las palabras y los discursos, reactivar los
Sedimentos, es una vocación ranceriana, de allí que el maestro ignorante se
Constituya, a nuestro entender, en un texto privilegiado para desandar la lógica
desigualitaria y autoritaria. (pág.9)

El ejercicio de la autoridad del maestro ignorante pone en cuestión la razón y la
práctica pedagógica ordinaria, que confía a la inteligencia del maestro el cuidado
de colmar la distancia que separa al ignorante del saber. (pág. 9)

“todas las inteligencias son iguales”

“es posible enseñar lo que se ignora”

“no existe inteligencia allí donde existe agregación, atadura de un espíritu a otro
espíritu” 

“es el alumno el que hace al maestro”. (pág. 10)

Diría Meirieu (1998) que se trata de la diferencia entre “fabricar al otro” y “darle
nacimiento”, esa compleja tarea de introducir al otro en la vida ayudándolo a
construir su diferencia, a ejercer su libertad, aún cuando éstas lo alejen de quien
sostuvo esta posibilidad, su maestro. (pág. 10)

El del maestro ignorante no es un lugar vacante, no es ausencia, ni indiferencia, ni
desinterés, tampoco es completa ignorancia, ni absoluto silencio. Por el contrario,
el maestro ignorante “trabaja” de maestro: habla, relata, dice su pensamiento,
narra su aventura, ordena actividades, propone tareas, ofrece un objeto: un libro
con el que relacionar todo lo demás. pág. 10)

El maestro ignorante enseña sin explicaciones, sin indicaciones sobre las palabras
que el alumno deberá decir ni el lugar en que deben ser colocadas, sin el
despliegue de la inteligencia del maestro, pero con insistencia en la necesidad de
que el alumno realice su trabajo intelectual. (pág. 12)

“es posible enseñar lo que se ignora”: ubica al maestro nuevamente en posición
de igualdad, esta vez desde su ignorancia, parece decir: “somos iguales porque
ambos ignoramos”, no es tan malo ignorar” o “la ignorancia no inhabilita sino que
Puede provocar el deseo de saber”, “estoy aquí para enseñarte pero no por ser
Sabio o superior” ( pág. 14)

“es el alumno el que hace al maestro”: el alumno no es interrogado para ser
instruido sino para instruir al maestro acerca de su pensamiento, el maestro va
armando sus acciones a partir de lo que el alumno ensaya, intenta, esboza,
escribe, dice, improvisa. Es indispensable reconocer al alumno (mirar, aceptar,
hacer lugar para que se desplieguen sus diferencias) en este trabajo. Este lugar lo
valoriza nuevamente, lo habilita en su subjetividad, le otorga un poder compartido
con el maestro. (Pág. 14)

Los únicos insensatos son los que tienden a la desigualdad y a la dominación, los
que quieren tener razón. La razón empieza allí donde cesan los discursos
Ordenados con el objetivo de tener razón, allí donde se reconoce la igualdad. (pág. 15)

Son ejemplo de esta apertura a lo novedoso de la transmisión, las numerosas
Situaciones en que, alumnos o alumnas considerados “incapaces para la palabra”,
inhabilitados para hablar, escribir, expresar su pensamiento (por una supuesta
falta de inteligencia individual o por provenir de familias en contextos de pobreza o
Por no contar con normas de conducta adecuadas)
(Pág.: 16)

En este sentido, es claro que los tiempos que vivimos, marcados por extremas
desigualdades, colocan a muchos niños y jóvenes en problemas y los someten a
Situaciones dificultosas  a menudo sin salida.
(Pág.16)

Estas palabras resuenan fuertes en nuestros contextos sociales y escolares, en
este siglo XXI que recién comienza y agudiza terribles injusticias para muchos,
niños y adolescentes que son mirados con desconfianza, confirmando así un
Círculo de impotencia y  exclusión. (Pág. 17)

Una sociedad ya injusta al marginarlos, los ha transformado en sus enemigos, niños y jóvenes que se viven amenazantes por su violencia o inhabilitados por sus
incapacidades, niñas y jóvenes madres que pierden rápidamente su tiempo de
infancia y entonces su derecho a la educación y a elegir su proyecto de vida.  (Pág. 17)
El descubrimiento jacotista de enseñar lo que se ignora ofrece un cambio, una
opción disruptiva, apostando a la creencia del maestro en la potencia de sus
alumnos y obligándolos a actualizarla, confirmando la igualdad de las inteligencias
de cualquiera con cualquiera( pág.  18)

Una distancia que separa y jerarquiza inteligencias e instala formas de
desigualdad a través de lo que ciertas partes de la sociedad pueden decir y hacer
Con valor de verdad en relación a otras partes de la sociedad cuya palabra no
“dice” nada y cuyas actividades son consideradas inferiores o sin valor. (Pág.19)

Podría decirse que hoy, entre nosotros, Jacotot no estaría de moda. No ofrece
respuestas claras a nuestros problemas, no describe técnicas rápidamente
 aplicables ni métodos exitosos que expliquen cómo mejorar la enseñanza. Sólo
habla de una experiencia a realizar, de una posición filosófica a sostener y de un
axioma a verificar.( Pág. 21)





Se trataría ilusoriamente de encontrar
mejores métodos y técnicas, más adecuados, más acordes a los alumnos –niños o
jóvenes- de hoy, incluso de saber enseñar a aquellos que provienen de contextos
de pobreza (como si fuera un rasgo que requiere conocimientos específicos), de
estar a la altura de sus intereses, de retomar las “ideas previas” con las que han
construido su saber fuera de la escuela. (pág.  22)

Jacotot, por su parte, en el mismo momento en que pronuncia su axioma de la
igualdad, se opone a todo método de enseñanza y propone, en cambio, perderse
por los territorios nunca del todo ciertos del conocer, en el acto mismo de conocer:
un anti-método que propicia la aventura, la improvisación, la osadía. (pág.  22)

La relación pedagógica emancipadora se establece en estos términos: la
instrucción no proviene del maestro, es un trabajo del alumno efectuado desde su
lugar de “igual” (dice todo el tiempo Jacotot de las más diversas formas).(pág. 23)

Enseñar, entonces, es como poetizar, pintar o improvisar, hablar de las obras de
los hombres, en tanto toda obra es discurso, condición para el aprendizaje.(pág. 25)


Jacotot pensó en la igualdad y la ignorancia del maestro, Rancière piensa en la
potencia igualitaria del desacuerdo. Tal vez podamos anudar estos pensamientos
en el territorio de lo educativo y replicar las experiencias de muchos maestros,
profesores, profesionales, directivos, que, con audacia, ignoran una supuesta
“normal desigualdad “y la discuten permanentemente proponiendo “escenas de
igualdad” al modo jacotista.( Pág. . 30)


Pensar la potencia la palabra, en el espacio entre niños/as, adolescentes, jóvenes
y adultos, supone transformar una cierta imagen del otro –niño/a o adolescente-
sobre quienes se ejerce el poder de la palabra en educación, en contextos
escolares -y también en contextos de crianza-. Esta potencia –y sus efectos de
poder- puede ser necesaria, constitutiva de subjetividad, la que nombra y otorga
lugares o, por el contrario, arrasadora, invasora, inhabilitante, la que no deja lugar. (Pág. 32)

La palabra materna derrama un flujo portador y creador de sentido que se
anticipa en mucho a la capacidad del infans de reconocer su significación y de
retomarla por cuenta propia. (Pág. .33)

Dice Graciela Frigerio: “Pensar las infancias significa estar dispuesto a pensar
entonces el mundo de los adultos, trabajar con niños exige siempre un trabajo de
los grandes sobre sí  (que no suele ser mencionado).(pág .36)

La infancia no habla pero nos hace hablar, traducir, buscar las palabras, ensayar
el diálogo, leer, escribir, crear, generar, enseñar; desde ella nos proyectamos
como adultos y sigue siendo nuestra posibilidad de “algo nuevo” en el encuentro
con uno mismo  y con otros. (pág. .36)

En este sentido, infancia es potencialidad que da lugar a la palabra, es su
apropiación, es silencio y búsqueda de palabras –como decía Alexis-, es el lugar
mismo de la experiencia y de la historia. (pág. 40)

Se ha logrado cerca la infancia (y la adolescencia) entre los límites de un territorio que se cree
controlar, a “esos seres extraños de los que nada se sabe, esos seres salvajes
que no entienden nuestra lengua”. (pág. .41)

Otro lugar para la infancia significa valorizar la infancia, no como imposibilidad sino
como potencialidad, no como momento de pura dependencia sino de despliegue,
como relación y punto de reunión para adultos y niños. (pág. .42)


En este sentido, la escuela es un posible “lugar de habla”, que se hace habitable o
no de acuerdo a los diversos modos en que en ella se habla y se hace circular la
palabra. Todo depende de los lugares que ocupan quienes la toman, los espacios
que se abren o se cierran en ese momento, las formas de enseñar, los objetos en
torno a los cuales se enseña. (Pág.: 43)

A menudo las palabras sirven para fijar identidades, espacios, tiempos,
actividades, valores y desvalores, situaciones de vida, privilegios, poderes,
razones, saberes, dividen lo que vemos haciéndonos percibir una realidad
Segmentada en el que cada uno/a tiene supuestamente su lugar, su rol, sus
productos para consumir, su función social, su inteligencia, su capacidad. Son
palabras que no transportan. (Pág. 44)

Una autoridad pedagógica hoy es aquella que comprende que no hay un solo
modo de decir, que la traducción única y “verdadera” no es posible, que sólo se
puede hacer el esfuerzo de hablar cada vez, cada conocimiento como una lengua
y, en ese mismo momento, aprenderla, apropiarse de ella como un pequeño niño
se apropia  de su lengua materna.( Pág. 47)

Una ley-palabra que da sentido a un mundo común de lo humano, relacionando y
separando espacios, dando un marco continente, limitante, ordenador –no
controlador- a la vez que productor de subjetividad. (Pág. 49)


La autoridad pedagógica hoy puede hacerse cargo de entramar esta ley simbólica
que es del orden de la palabra, probablemente en contra de lo que culturalmente
se impone, rechazando las in-significancias, la neutralidad, la ruptura del lazo, lo
que tiende a des-simbolizarse. (Pág. 50)

El trabajo que demanda la escuela, entonces, a partir de pensar este otro tiempo, 
es el de poner en marcha procesos de palabras dichas en igualdad con otros,
Procesos de subjetivación, que se efectúan en la actualidad. (Pág. 51)

Comprender el ejercicio de autoridad como una relación entre diferencias,
“entre dos” que han recorrido diversos caminos en la vida y en el mundo del
Conocimiento( Pág. 55)

Nos vuelve a decir Michel de Certeau que las palabras protegen, que las
escrituras tienen la finalidad de proteger la piel, el cuerpo y el encuentro entre
cuerpos en el espacio social.(pág.  49)

Convocar (a quienes están allí, no a otros alumnos
imaginarios e ideales) a leer, a hablar, a escribir, a reformular nuevas normas para
la convivencia, a vincularse con el contexto, a proyectarse en el futuro en
“identidades” que aún deben construirse. (pág.  52)

En el territorio de la educación y la escuela, advertimos que una autoridad está por
construirse, muchos maestros/as y  profesores lo intentan en el cotidiano escolar,
Trabajando consigo mismos, en el espacio íntimo de su singularidad y en el
compartir colectivo con sus colega. (pág .54)
Las nuevas generaciones aún no pueden elegir, en este tiempo de la vida
dependen –en gran medida- de nuestras imaginaciones. (pág.  .55)

¿Qué puede una autoridad?”


- hacer que la “casa común” sea habitable, que adultos y jóvenes puedan 
entrar y salir de ella, que haya espacios compartidos e íntimos, tiempos de
acción y pausas permitidas.(pág.  55)

Es posible -y deseable- que este texto dé lugar a otros textos, en forma de
escritura o de palabras dichas en diversos espacios, entre adultos o entre
generaciones, en forma de ensayos de nuevas relaciones donde aprender y
enseñar y de otras miradas sobre la escuela y sus habitantes.(pág.  56)



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