TEXTO ZABALA(2005). LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA
ENSEÑANZA Y CONCEPCIÓN SOBRE PROCESOS DE
APRENDIZAJE EN LA PRÁCTICA EDUCATIVA .COMO ENSEÑAR (PP.25-35)BARCELONA:GRAO
Podríamos
considerar que más allá de las grandes declaraciones de principios, la función
fundamental que la sociedad ha atribuido a la educación ha sido la de seleccionar
a los
mejores
en relación con su capacidad para seguir una carrera universitaria o para obtener
cualquier otro título de prestigio reconocido.(p.p.25)
unos
aprendizajes determinados por encima de otros ha sido la potencialidad que se
les atribuye para alcanzar unos objetivos propedéuticos, es decir,
determinados por su valor a largo plazo y respecto a una capacitación
profesional, infravalorando, de este modo, el valor formativo de los procesos
que los chicos y las chicas siguen a lo largo
que la
escolarización.(p.p.25)
Un modo
de determinar los objetivos o finalidades de la educación consiste en hacerla
en relación con las capacidades que se pretende desarrollar en los
alumnos.(p.p.25)
El papel
asignado hasta ahora a la enseñanza ha priorizado las capacidades cognitivas,
pero no todas, sino aquéllas que se han considerado más relevantes y que, como
sabemos, corresponden al aprendizaje de las asignaturas o materias
tradicionales.(p.p.26)
Educar
quiere decir formar ciudadanos y ciudadanas, los cuales no están parcelados en
compartimentos estancos, en capacidades aisladas.(p.p.26)
ego y de
convivencia inciden en todas las capacidades de la persona .Nosotros, los
enseñantes, podemos desarrollar la actividad profesional sin planteamos el
sentido profundo de las experiencias que proponemos, y podemos dejamos llevar
por la inercia o la tradición. O bien podemos
intentar comprender la influencia que estas experiencias tienen e intervenir para que sean lo más beneficiosas
posible para el desarrollo y la maduración de
los chicos y las chicas.(p.p.26)
Las
razones que han de justificar la respuesta a la pregunta de cuáles serán las necesidades de todo tipo que tendrán
nuestros alumnos cuando sean adultos, o sea,
en pleno siglo XXI, la valoración de las capacidades que habrá que potenciar
para que puedan superar los problemas y las trabas que surgirán en todos los
campos (personal, social y profesional), no
sólo están supeditadas a un análisis prospectivo, sino sobre todo a la consideración del papel que deberán tener
en la sociedad como miembros activos y copartícipes en su configuración.
(p.p.27)
La manera
de organizar el aula, el tipo de incentivos, las expectativas que depositamos,
los materiales que utilizamos, cada una de estas decisiones vehicula unas
experiencias educativas determinadas, y es posible que no siempre estén en
consonancia con el pensamiento
que
tenemos respecto al sentido y el papel que hoy en día tiene la
educación.(p.p.27)
Es
imposible valorar qué sucede en el aula si no conocemos el sentido último de lo que allí se hace.
Pero, al mismo tiempo, las intenciones
educativas son tan globales y generales que difícilmente pueden ser
instrumentos de actuación práctica en el ámbito tan
concreto del aula.(p.p.27)
La
cuestión que se plantea ahora consiste en saber si aquellos contenidos que se
trabajan realmente se aprenden. Aquí es donde debemos situar el otro referente
de análisis: la concepción del aprendizaje.(p.p.31)
Sin duda,
es difícil conocer los diferentes grados de conocimiento de cada chico y chica, ajustar el reto que necesitan, saber
qué ayuda requieren y fijar la
valoración apropiada para cada uno de ellos a fin de que se sientan animados a esforzarse en su trabajo.(p.p.34)
los
modelos de enseñanza han de ser capaces de atender a la diversidad del
alumnado, existe una serie de principios pedagógicos en tomo a la
concepción constructiva del aprendizaje suficientemente contrastados de
forma empírica que, como veremos, son determinantes en el establecimiento de
pautas y criterios para el análisis de la práctica y la intervención pedagógica. (p.p.35)
Ahora
bien, para que este proceso se desencadene, no basta con que los alumnos se
encuentren ante contenidos para aprender; es necesario que ante éstos puedan
actualizar sus esquemas de conocimiento, contrastarlos con lo que es nuevo,
identificar similitudes y discrepancias e integrarlas en sus esquemas,
comprobar que el resultado tiene cierta coherencia (p.p.35)
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